domingo, 14 de diciembre de 2008

LA POLICIA HALLÓ A UN ANCIANO DE LUGO QUE NO PUDO ENTRAR EN EL GERIÁTRICO EN EL QUE ESTÁ SU MUJER

Así funciona el sistema desgraciadamente con los ancianos desprotegidos, eso sí, para cobrar bien dispuestos que están. Como muestra esta noticia de La Voz de Galicia que no deja indiferente.

Muchos mayores tienen que enfrentarse a menudo a complicadas situaciones propiciadas por el funcionamiento de los servicios sociales. Hace unos días, la policía lucense tuvo que desplazarse a un domicilio ubicado en la ciudad para tratar de averiguar la situación en que se hallaba un hombre que repentinamente había dejado de ir a ver a su esposa al geriátrico con servicio para asistidos en el que estaba ingresada. El hombre le hacía visitas diarias y el hecho de que dejase de acudir al lado de su compañera extrañó a algunas personas del centro, que creyeron que su ausencia no era por buena causa.Para tratar de disipar sus dudas avisaron a la policía. Al recibir el aviso, los agentes se presentaron en el domicilio de la persona que supuestamente faltaba. Al entrar en la vivienda, los policías, según dijeron diversas fuentes, se encontraron con que el hombre se hallaba tirado en una estancia de la casa, en estado inconsciente.Al parecer, el hombre podía llevar al menos un día en esa situación. Rápidamente fueron avisados los servicios médicos y el hombre fue evacuado a un hospital, donde todavía se encuentra ingresado, según informaron diversas fuentes.En su momento, la Xunta otorgó plaza en un centro para la tercera edad a la esposa del hombre hallado inconsciente. Lo que ocurrió es que cada uno de ellos fue derivado a residencias diferentes, con lo cual el matrimonio quedó separado. El hombre, a la vista de la situación, supuestamente no aceptó lo que le ofrecieron y optó por irse a vivir solo a su casa para poder estar más cerca de su mujer y, de paso, poder atenderla e ir a verla al centro en el que ella está ingresada.Personas solasFuentes policiales destacaron que suele ser frecuente que algunas patrullas tengan que desplazarse a casas en las que residen ancianos solos a los que los vecinos les pierden la pista. En ocasiones son también los bomberos los que acuden a domicilios particulares para poder abrir las puertas de hogares en los que viven ancianos sin ninguna compañía y poder comprobar que están bien. Curiosamente, la situación, según explicaron algunas asistentes sociales, mejora ligeramente en el medio rural debido a que existe un mayor contacto entre los vecinos, que, en muchos casos, suelen estar pendientes unos de otros. Pese a ello, hay casos en los que personas del rural se trasladan a la ciudad para vivir en una pensión o en un hostal que las atienda.

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