Dice Javier Chicote en el libro "Socialistas de Elite (Felipe y los felipistas, De Suresnes al club del millón de euros)", que muchos políticos que formaron parte de los primeros gobiernos del PSOE se han forrado con sus empresas, asesorías y negocios privados. Su libro saltará este fin de semana a las librerías y revela muchos datos sorprendentes, por ejemplo que el exministro Julián García Valverde, cesado por su gestión en Renfe, representa ahora a una empresa que construye vías para el AVE, que Josep Borrell cobra 200.000 euros anuales de Abengoa o que Antoni Asunción se embolsa 11 millones de euros anuales como empresario de piscifactorías.
Todo comenzó cuando a Felipe González le paralizaron las obras de una casa que se estaba construyendo en Tánger (Marruecos), en un lugar paradisíaco, al pie de una playa, pero demasiado cerca de un palacio del monarca Mohamed VI. La mansión de González quedó en el esqueleto y así sigue. Las autoridades marroquíes le paralizaron la obra por razones de seguridad. El periodista Javier Chicote descubrió y siguió el tema y, a partir de ahí, aceptó el encargo de averiguar a qué se dedican los ministros felipistas, la élite de la “vieja guardia” del PSOE. Y se encontró con que la mayoría se dedican al lobby, los negocios, y a forrarse. ¿A qué otra actividad provechosa se podían dedicar?
Vaya por delante que el autor reconoce en el prólogo que hay cosas de comer que no dan de comer, como por ejemplo la política, y que los dirigentes socialistas de la Transición ya eran buenos profesionales antes de entrar en política en el partido paulista, paupérrimo, del que obtenían magros estipendios. Pero una vez que abandonaron el Gobierno, la trayectoria del presidente González y de sus ministros se orientó a la asesoría y los negocios. González es uno de los asesores más cotizados, cobra 125.000 euros anuales de Gas Natural y se inscribe en la parte alta de la tabla que aporta Chicote sobre los que ganan de 60.000 a 600.000 euros anuales por su labor de consejería y asesoría. La lista es suculenta. Ahí están Miguel Boyer, Javier Solana, Javier Gómez Navarro y muchos otros.
Boyer cobraba 1,5 millones de euros anuales del constructor José Ramón Carabante, una especie de Pocero con ínfulas de grandeza, cuyas iniciativas con dinero del Banco de Valencia fueron un fiasco y dieron al traste con la constructora Colonial. Ahí se vio a Boyer como alma en pena, que se llevó 1,6 millones de euros de liquidación como presidente de la antigua CAMPSA, propietaria de los depósitos de carburantes, pidiendo empleo a los socialistas después de servir a José María Aznar y a su fundación FAES. Rodríguez Zapatero y su vicepresidenta económica, Elena Salgado, no le prestaron mucha atención.
Mejor suerte han tenido Carlos Solchaga y Aureliano Recio, exministro de Economía y exconsejero de la Junta de Andalucía, respectivamente, que desde su despacho de asesoría o “empresa abrelatas” de Velázquez, 1, junto a la madrileña Puerta de Alcalá, trafican y negocian con los países de América Latina. Solchaga figura como consejero de doce sociedades, todo un récord. El periodista aporta una tabla según la cual la remuneración media de los consejeros políticos se sitúa en unos 125.000 euros anuales. Además de los asesores y lobbystas, el periodista se ocupa de los empresarios, y así dice que el exministro de Interior, Antoni Asunción, conocido en Valencia como “el socialista del velero”, es uno de los más exitosos cultivadores de pescado en piscifactorías, con un beneficio anual personal de once millones de euros a cuenta de su empresa Mareagua.
El exsecretario de Estado, Javier Gómez Navarro, amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba, actúa de lobbysta de un conglomerado empresarial Tedae, beneficiado por las concesiones del Ejecutivo central. Gómez Navarro tiene su propia empresa, dedicada al asesoramiento, la presión y el tráfico de influencias. El exministro de Obras Públicas Javier Sáenz Cosculluela también se forra como representante de Aerco, que agrupa a empresas medianas de la construcción, para las que ha conseguido algunas obras del AVE. “Y ahí tenemos también a Julián García Valverde, el exministro de Sanidad, cesado por sus operaciones especulativas en Madrid como presidente de Renfe, construyendo los raíles para el AVE”, explica Chicote en su libro.
García Valverde asesora además al grupo de empresas exportadoras de armamento y material de defensa Imathia y su consultoría es decisiva para pasar los filtros de la Comisión Interministerial de control de las exportaciones de material de guerra. El también exministro de Sanidad y de Defensa Julián García Vargas es uno de los hombres fuertes de Indra, la empresa de sistemas que junto con Aerco (Cosculluela) y la consultoría de García Valverde ha conseguido la contrata del tren de alta velocidad entre La Meca y Medina, en Arabia Saudí. El “mapa de la empresa socialista” que Chicote traza en su libro incluye a muchos otros personajes del felipismo.
En el capítulo de “profesores y filántropos”, el periodista incluye a Javier Solana, quien además de impartir conocimientos en una escuela universitaria privada, percibe una buena remuneración como consejero de Indra. Hay otros profesores filántropos como José Borrell, director del Instituto de Estudios Europeos de Florencia, que cobra 200.000 euros anuales como consejero de Abengoa. También habla Chicote de “los jubilados” como Joaquín Leguina, paniaguado de la Comunidad de Madrid; José Barrionuevo, cuya constructora posee 2,5 millones de euros en solares y construcciones, y de otros “emprendedores” entre los que figura José Luis Corcuera, quien ha creado con una hija un gabinete de asesoría y, por otra parte, se está construyendo una casa en un pueblo de la provincia de Toledo.
Si Corcuera superó con éxito una delicada intervención quirúrgica, su antecesor en el Ministerio del Interior, Barrionuevo, ha estado a punto de morir dos veces el último año por un cáncer de próstata y por una pancreatitis. Son datos personales que revela el autor, quien ha entrevistado a la mayor parte de los personajes aludidos. Las críticas de Corcuera a la gestión del expresidente Zapatero no tienen desperdicio. Y las explicaciones de Gómez Navarro y Asunción de cómo se han hecho millonarios, tampoco.
Cuartopoder
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