Actualizado Martes , 13-04-10 a las 16 : 30
Astrónomos suizos han descubierto nueve planetas hasta ahora desconocidos fuera de nuestro Sistema Solar. La noticia podría ser una más de los numerosos anuncios de nuevos exoplanetas encontrados más allá de estos límites -ya se conocen 452, pero el hallazgo de estos mundos ha ayudado a conocer una extraña particularidad. Algunos de ellos -y otros que ya se conocían, pero que no habían desvelado este misterio- orbitan en dirección contraria a la rotación de su estrella, lo opuesto a lo que sucede con la Tierra y el resto de planetas que nos acompañan en ese gran baile junto al Sol -con la excepción de Mercurio-, lo que resulta más que sorprendente. Este hallazgo representa un serio e inesperado desafío para las actuales teorías de formación planetaria.
«Es una verdadera bomba», aseguraba Amaury Triaud, estudiante de doctorado del Observatorio de Ginebra, uno de los responsables de seguir el tránsito de estos planetas. En la actualidad, se cree que los planetas se forman en el disco de gas y polvo que rodea una estrella joven. Este disco, conocido como protoplanetario, rota en la misma dirección que la estrella. Como es lógico, se espera que los planetas que se forman a partir del disco orbiten más o menos en el mismo plano y en la misma dirección que su estrella, es decir, que cumplan un orden. Así funciona el Sistema Solar, con la excepción de Mercurio.
Sin embargo, cuando el WASP (Buscador Gran Angular de Planetas) detectó los nueve nuevos exoplanetas y y los investigadores compararon sus órbitas con las de otros ya conocidos, el equipo encontró que más de la mitad de estos Júpiter calientes -planetas con masas similares o superiores a la de Júpiter, pero que orbitan muy cerca de sus soles- poseían órbitas desalineadas del eje de rotación de sus estrellas madre. Incluso descubrieron que seis exoplanetas de este estudio, de los cuales dos son nuevos, poseen movimientos retrógados, es decir, que orbitan su estrella en la dirección «equivocada».
Un rompecabezas«Los nuevos resultados desafían ciertamente la creencia convencional de que los planetas siempre deben orbitar en la misma dirección que gira su estrella», señala Andrew Cameron de la Universidad de St. Andrews, quien presentó los nuevos resultados en la Reunión Nacional de Astronomía del Reino Unido, que se celebra esta semana en Glasgow.
En los 15 años transcurridos desde que se descubrieran los primeros Júpiter calientes, su origen ha constituido un verdadero rompecabezas. Para explicar el movimiento retrógrado de los nuevos exoplanetas, una teoría migratoria alternativa sugiere que la proximidad de los Júpiter calientes a sus estrellas no se debe a las interacciones con el disco de polvo, sino a un proceso evolutivo más lento que implica «un tira y afloja gravitacional con estrellas o planetas compañeros más distantes», a lo largo de cientos de millones de años. Después que estas perturbaciones hayan empujado al exoplaneta gigante a adoptar una órbita inclinada y alargada, la fricción asociada a las fuerzas de marea hace que pierda energía cada vez que pasa cerca de la estrella. Finalmente podría quedar asentado en una órbita casi circular, cercana a la estrella, pero con una inclinación aleatoria. «Un severo efecto colateral de este proceso es que podría acabar con cualquier planeta pequeño similar a la Tierra presente en estos sistemas», indica Didier Queloz, del Observatorio de Ginebra.
En dos de los planetas con movimiento retrógrado recién descubiertos se han encontrado otros compañeros masivos y distantes que podrían potencialmente ser la causa de la alteración. Estos nuevos resultados impulsarán una intensa búsqueda de nuevos cuerpos en otros sistemas planetarios.
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