El caso es seguir chupando de la teta del estado y cuando no quede
nada privatizarlo, entregarlo a otros tramposos que les seguirán untando
el beso con billetes de 500 euros usados. La contabilidad en “B” de
bandidos y hasta en “C” de cabrones, está clara señores, los mamones
seguirán ganando a costa de la miseria y el hambre del pueblo.
Mientras la pobreza extrema sacude
los hogares de millones de familias, unos cuantos gerifaltes del saqueo
se reparten sobres de dinero en negro, negro miserable, negro fascista,
negro como la muerte y el genocidio social de todo un pueblo. La miseria
asola las viviendas humildes y muchas personas no ven salida a sus
gravísimos problemas, a la falta de comida, a los recortes sociales
diseñados por una casta gobernante que solo piensa en enriquecerse, en
meter la mano, en nutrir sus multimillonarias cuentas corrientes en
cualquier paraíso fiscal. El caso es seguir chupando de la teta del
estado y cuando no quede nada privatizarlo, entregarlo a otros tramposos
que les seguirán untando el beso con billetes de 500 euros usados. La
contabilidad en “B” de bandidos y hasta en “C” de cabrones, está clara
señores, los mamones seguirán ganando a costa de la miseria y el hambre
del pueblo.
El crimen organizado ya no pernocta en
las cárceles, donde los hijos de los obreros cumplen largas condenas,
víctimas de un sistema asesino, ahora la delincuencia viste bien, inunda
de pestilencia los parlamentos y los palacios de la realeza, los
lujosos despachos y carteras ministeriales, las costosas cenas con
dinero del pueblo, los cocteles caros con la patronal, los hospitales
privatizados, regalados al insaciable marido de cierta dama de la
peineta. En cualquier prisión hay gente mucho más honrada que entre esta
casta de la dolce vita y el coche oficial, los que miran de arriba
abajo a la gente empobrecida, a los que consideran gandules y les gritan
¡Que se jodan! en un alarde faccioso que proviene de un odio de clase
ancestral, contra quienes no tienen trabajo y hacen malabarismos para
poder sobrevivir. Las millones de personas que navegamos en la
precariedad, mientras unos pocos, ese 1% de pandilleros, se hacen de oro
entre sobres, evasión de capitales y privatizaciones con prebendas y
favores.
Esta nueva olimpiada del robo sacude
cual maratón millonario los cimientos de un estado devastado, en manos
de seres sin escrúpulos ni sentimientos. Les importa una mierda que haya
niños desnutridos, los 15 suicidios diarios por razones económicas, los
enfermos dependientes que se mueren por no poder pagar una ambulancia o
una rehabilitación. Todo funciona en negro, oscuro, tétrico, fantasmal,
con una extraordinaria placidez, con la inquina salvaje de los que usan
perfumes caros y se gastan los millones hurtados en diamantes de sangre
para sus queridas, en mansiones gigantescas, en yates para pegarse las
juergas a todo tren. Se las suda el inmenso sufrimiento de la gente
humilde y mandan a sus policías a rodear y proteger sus sedes,
ordenándoles reprimir al pueblo que se manifiesta exigiendo justicia,
pidiendo que encarcelen a los verdaderos ladrones.
Las palabras viajan y pueden recorrer
miles de km en pocas horas, llegar a cada rincón de esta frágil Tierra,
de un planeta al filo del desastre, para que todos/as sepan a lo que
estamos sometidos en este invento millonario del “España va bien”, donde
su espantosa “marca” es promocionada y vendida como que aquí no pasa
nada, que todo va sobre ruedas, que nadie sufre y se suicida por
perderlo todo, que los recortes nos ayudan a bajar de peso, a vivir con
menos, a tener que pagar nuestras medicinas alegremente, los servicios
esenciales que tanto nos han costado conseguir. Su particular “marca” de
la mentira nos degrada y no está planteada para promocionar los
productos de los humildes, sino de los grandes emporios que despiden
trabajadores/as impunemente, que vulneran la legislación laboral, que
explotan y se aprovechan de las altísimas cifras de desempleo, para
pisotear derechos laborales y humanos universales.
Por mucho que la quieran maquillar la
imagen del estado español en el exterior está altamente deteriorada,
desde cualquier lugar se percibe el choriceo, los robos, los pelotazos,
las corruptelas, la represión policial, el brutal empobrecimiento de la
población y una pestilencia que destruye cualquier posibilidad, la
mínima esperanza de que alguien con dos dedos de frente, se tome en
serio a este gobierno de chiquilicuatres millonarios.
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