En España se quitan la vida nueve personas al día, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que también revelan que se suicidan más del triple de varones (78,31%) que de mujeres (22,56%), un fenómeno que los expertos aseguran que se puede prevenir.
El número total de suicidios en España en 2008 (3.421) supera por primera vez los muertos por accidente de tráfico (3.021), algo que para el psicólogo clínico y presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio, Javier Jiménez, indica que se está trabajando con los conductores, pero que "no se está haciendo absolutamente nada para prevenir el suicidio".
Las cifras reales, según ha explicado Jiménez, "probablemente" sean mayores que las recogidas por el INE y hechas públicas en marzo porque "hay pacientes que se quieren suicidar y que lo hacen fingiendo un accidente".
En el ámbito mundial, Jiménez ha recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) constata en sus estadísticas que se suicida una persona cada 40 segundos, y ha asegurado que es la primera causa de muerte violenta en el mundo, dado que se producen un millón de suicidios al año (y 20 millones de intentos), lo que "supera las muertes por guerras y homicidios juntos".
El psicólogo ha reconocido que una de cada cuatro personas que se quitan la vida (250.000) son jóvenes menores de 25 años y ha dicho que, sin prevención, la OMS estima que en 2020 se producirán hasta un millón y medio de suicidios anuales.
La psicóloga especialista en niños y adolescentes Patricia Montero ha precisado que, en los últimos diez años, uno de cada veinte adolescentes muertos se han quitado voluntariamente la vida, y ha señalado que la adolescencia es un período "difícil" porque se producen muchos cambios que generan "una gran ansiedad".
Para prevenir las muertes y concienciar a la sociedad de la realidad del problema, la psicóloga clínica y neuropsicóloga Teresa Barroso ha destacado la importancia de desmitificar las "falsedades en las que sigue envuelto el suicidio, tanto para la población como para algunos profesionales médicos".
En este sentido, ha destacado que "el suicidio no es una enfermedad mental" y ha indicado que, a diferencia de las creencias generalizadas, "un alto porcentaje de las personas que se quitan la vida habían hablado previamente de ello".
Por eso, Barroso ha asegurado que "siempre hay que tomar en serio" cualquier amenaza de suicidio y que esas confesiones no se deben catalogar de "intentos de chantaje" porque son "señales" de aquellos que "no es que no quieran vivir, sino que no pueden vivir más en esas condiciones".
El psiquiatra y miembro fundacional del Teléfono de la Esperanza Alejandro Rocamora ha dicho que la ideación del suicidio "puede surgir en cualquier momento" como consecuencia de una "crisis de la vida cotidiana" -el 10% no tienen un diagnóstico psiquiátrico-, y ha recordado que entre el 10 y el 15% de la población ha tenido ideas de suicidio "alguna vez en su vida".
"Nadie está sano mentalmente, es un equilibrio constante", ha afirmado Rocamora para después añadir que "lo que lleva al suicidio es la desesperanza", por lo que puede prevenirse reforzando las carencias de estas personas y "los factores protectores".
Estos factores son la pertenencia a un grupo, la autoestima, las habilidades sociales, los sistemas de valores y creencias, la posibilidad de pedir ayuda, la capacidad de adaptación y la biografía adecuada.
Según el psiquiatra, el desarrollo de la vida de una persona es importante porque "cuanto más sanos tengamos los vínculos forjados en la infancia, mejor será la capacidad de afrontar los conflictos y, por tanto, más posibilidades de resolverlos".
Con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se celebra este viernes, los expertos han hecho un llamamiento para que las autoridades sanitarias tomen medidas que eviten el suicidio de personas que, en un 90% de los casos, pueden tener un tratamiento psiquiátrico.
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