Por Francisco Sandalio
Las multinacionales textiles y cadenas de moda españolas se han visto retratadas en varios informes por el trabajo vejatorio y esclavo de mujeres y niños en países empobrecidos y en España.
Recientemente la revista Clave (4-6-2004) denunciaba que las prácticas de compra de las grandes empresas textiles españolas han sido cuestionadas por la vulneración de los derechos fundamentales de los trabajadores de las plantas y telares instalados en países en el Tercer Mundo. Algunas organizaciones no gubernamentales han denunciado las malas condiciones de los empleados de los talleres que tejen la moda que se luce posteriormente en los principales escaparates de las más lujosas avenidas de las capitales de Occidente.
La organización Setem puso los pelos de punta al mundo entero al publicar su investigación sobre las condiciones de trabajo de niños y mujeres en 20 talleres textiles de Tánger, cuyos resultados afirman que son extrapolables al 60% del medio millar de talleres que funcionan en esta ciudad marroquí. Su investigación, que se llevó a cabo entre 2001 y 2002, señaló que 12 talleres de los inspeccionados trabajaban para grupos españoles reconocidos, entre los que citaban a Inditex, Mango, Induyco (proveedor de El Corte Inglés), Mayoral, Visto Bueno (grupo Eroski) y Princesa (grupo Sans). La ONG asegura que Inditex y Mayoral son las que proporcionan la mitad de los encargos de confección de estos talleres.
En Marruecos -donde producen Cortefiel, Inditex (Zara), Mango e Induyco (Corte Inglés)- una fábrica textil de Tánger vendía hace tres años por 3,3 euros un pantalón a las grandes firmas españolas; hoy sólo cobra 2 euros. Las trabajadoras tienen jornadas de entre 12 y 16 horas en temporada alta, porque desde España se les piden plazos de entrega de menos de 6 días en aras de los cambios de escaparate. Las grandes marcas de ropa españolas han aumentado la presión sobre las fábricas de países emergentes, lo que ha provocado el trabajo a destajo y rebajas en los precios de hasta el 40%. El sector textil de Marruecos cuenta con unas 2.000 empresas.
En su informe, Setem detallaba pormenorizadamente abusos y violaciones de los derechos humanos, empezando porque en estos talleres son explotadas niñas adolescentes de 12 años cortando hilos o transportando cajas de tela de una cadena de producción a otra durante las diez horas que dura la jornada completa, la misma que la de los adultos, sólo que cobran mucho menos (3 dirham la hora). A veces sufren malos tratos físicos y también acoso sexual, añade la organización.
Setem denunciaba también que había niños menores de 15 años cosiendo a máquina, con el consiguiente riesgo de accidente. Riesgo que se multiplica al manejar una maquinaria obsoleta como la que se encuentra en estos talleres, en los que la ventilación y la luz natural brillan por su ausencia. Aquí es elevada la incidencia de las enfermedades dermatológicas, por el contacto con las telas; respiratorias, por la contaminación ambiental; y lumbares, por la absoluta falta de ergonomía en el puesto de trabajo. Por no hablar de la vista, que este tipo de labores arruina para siempre.
Como sea que ningún obrero, ni menor ni mayor de edad, tiene seguro médico, tanto en caso de enfermedad común como de accidente laboral debe costearse su tratamiento y se le descuenta el salario de los días que falte a su trabajo. Ni que decir tiene que las mujeres embarazadas pierden automáticamente su puesto de trabajo.
Los trapos sucios de las textiles españolas en Marruecos fueron los primeros en ponerse al descubierto al poco de salir Inditex a Bolsa. Casi la totalidad de las prendas confeccionadas en los talleres subcontratados se destina a la exportación. Francia, Inglaterra, Alemania y España son los destinos más frecuentes. Tras la publicación del informe, la gallega Inditex impuso un plan de "responsabilidad social", que según los expertos es un guiño a la galeria, que le permitió anunciarse en los medios como la pionera en estas preocupaciones dentro de su sector en España. No olvidemos que multinacionales y bancos españoles han sido recientemente distinguidas por la CRUZ ROJA ESPAÑOLA. Empresas como: INDITEX, SCH, BBVA, REPSOL YPF, TELEFONICA, CARREFOUR... logrando así un lavado de imagen. Todavía existen organizaciones con vergüenza, como Cáritas en Galicia, que se ha negado ha recibir una ayuda de Inditex , como rechazo a su explotación. Sin embargo el Monitor Español de Mercado Corporativo ( MERCO) en Marzo de 2003 por tercer año consecutivo otorgaba al El Corte Inglés la primera posición como empresa española más reputada. E Inditex se aúpa al segundo lugar y su presidente, Amancio Ortega, lidera el ranking de mejor lider empresarial. ¡Pasen y lean! : El grupo Inditex ganó el premio de la Fundación CODESPA 2003 como "empresa solidaria" por sus proyectos de desarrollo en los países donde está presente, que entregó el Príncipe de Asturias. A José María Castellano, vicepresidente y consejero delegado de Inditex y catedrático de Economía de la Universidad de A Coruña, brazo ejecutor de las singladuras del grupo, le concedieron en el 2003 el premio al empresario ético del año que concede la revista británica The Economist y la consultora de búsqueda de directivos Spencer Stuart. Se sorprende y sólo atina a exclamar "¡Qué barbaridad!"(Cinco Dias 13-10- 2003).
Multinacionales como Benetton, Nike, Adidas, H&M, GAP, acuden a la economía sumergida para subcontratar los encargos. De esta manera, las grandes empresas del sector quedan eximidas formalmente de toda responsabilidad en la explotación de los trabajadores, niños y mayores, de países lejanos y de aquí mismo.
Denuncias en España
A estas denuncias en países empobrecidos se han unido otras de índole nacional en las que también se ha visto implicada Inditex, de la que hoy dependen directamente casi 40.000 trabajadores en todo el mundo, 3.600 de ellos en sus dos centros de producción en A Coruña. Tiene 2.000 tiendas repartidas por 50 países según datos de El PAIS (21-05-2004)
Todo empezó a partir de que un ex empleado de Zara en A Coruña denunciara en el número de junio de 2001 de la revista digital "El Militante" coacciones a los trabajadores, abusos de poder, ritmos salvajes de producción o jornadas de trabajo interminables". Ritmos que impone su política de renovar por completo el 40% del contenido de las tiendas del grupo cada 15 días. Las quejas llegan incluso de las cooperativas textiles gallegas por el ritmo frenético de producción a precios que impone la multinacional, porque si el pedido no se entrega a tiempo, Inditex penaliza con una rebaja del precio.
Una imagen vinculada a la economía sumergida
En su libro "Zarápolis" Ediciones Bronce. Madrid, 2001) Cecilia Monllor recoge unas declaraciones anónimas de una de estas cooperativistas: "Zara es una apisonadora, se puede permitir todo. Nuestros problemas no son su problema, nosotros no somos Inditex y si no cumplimos las condiciones a la calle. Trabajamos en exclusiva para ellos porque son los únicos que garantizan el trabajo durante todo el año (...). Nos paga igual que hace 11 años. En cuanto hacemos un amago de protestar, se salen con que el mundo está lleno de pobres desgraciados dispuestos a hacer el mismo trabajo por menos de la mitad, con lo que siguen pagándonos 350 pesetas ( 2,10 euros) por montar un vaquero de cinco bolsillos".
Han sido estas y otras denuncias las que han propicia que la tradicional imagen gallega de la economía sumergida esté unida a Inditex, aunque las prácticas sean comunes a todo el sector. Es el precio del líder, afirman los expertos. Una imagen que se extiende por toda España, aunque la mitad de los talleres con los que trabaja se concentran en Galicia y el Norte de Portugal, a través de los "grupos de mujeres que acuden a los talleres (externos) a la hora señalada con el carro de la compra para recoger el material y llevárselo a casa", utilizando las palabras de la doctora en Psicología del Trabajo Mar Iglesias. Para los sociólogos gallegos Carlos Rabuñal y Marta Casal hay que buscar a los verdaderos autores del milagro del Grupo en los "talleres concebidos únicamente como un instrumento de alta productividad a bajo coste...", en estos talleres, dicen, "se fuerza a los empleados a trabajar en condiciones pésimas" Una de las frases preferidas de los encargados, aleccionados por los enlaces o representantes de Inditex , suele ser ésta: "Mira, si no estás de acuerdo, ahí estan los negros deseando trabajar."(Libro "Amancio Ortega de cero a Zara", La esfera de los libros, 2004, pag. 100).
Como remate e ironía de la situación laboral, Manuel Patiño, representante sindical de CC.OO., llega a afirmar: "No podemos presionar mucho, porque en Portugal producen a mitad de precio". Y en unas declaraciones a Artículo 20 dijo: "Ojalá tuviéramos más empresarios como Ortega". A lo que los responsables de Inditex señalan que hasta ahora las relaciones laborales han discurrido con normalidad y que las retribuciones de la plantilla interna de producción, no la de los proveedores, "está por encima de la media del sector". Setem también ha puesto de manifiesto que en Toledo las mujeres realizan en sus casas remates para los talleres que trabajan con Inditex por 90 céntimos de euro la hora. Por todo ello chocan sobre todo las declaraciones del líder sindical de la UGT, Cándido Méndez: “La empresa tiene cierta reticencia hacia los sindicatos, pero Ortega no tiene un perfil antisindical”.
Inditex implicada en la explotación de inmigrantes.
En 2003 salta a los titulares de la prensa la implicación indirecta de la multinacional en la explotación de inmigrantes ilegales, tal como recoge solidaridad.net en sus web, generalmente chinos, en pequeños talleres cosen ropa para Zara y otras marcas del grupo. Por sueldos de apenas 600 euros, trabajan 16 horas diarias e incluso comen y duermen hacinados en el centro de trabajo.
La policía desmanteló en Santiago de Compostela una nave donde trabajaban, en condiciones infrahumanas, 19 inmigrantes chinos. Ahora se sabe que confeccionaban ropa para Zara (Inditex). Es lo que asegura su propietario, Wei-Jiong Liu (Luis el chino). Luis el chino, antes de meterse de lleno en la negocio textil, era propietario del restaurante Hong Kong. Decidió comprar la empresa Confecciones Lucía Landeira, que ya recibía encargos de una filial de Inditex, y aparcar los rollitos primavera. Cuando la policía intervino la nave donde Liu explotaba a 19 compatriotas (17 de mayo), encontró un escrito en el que constaba que antes del 30 de junio debían estar confeccionadas 28.000 prendas. Y los pedidos eran para Zara. De los 19 chinos que trabajaban en la nave del municipio coruñés de Teo, 10 tenían papeles y contrato, pero el resto eran ilegales.
El Correo Gallego, (23-5-2003) informaba que la policía autonómica Catalana y la Inspección de Trabajo desmantelan un taller de confección clandestino en al calle.... donde descubrieron 21 trabajadores chinos la mayoría sin permiso de trabajo que trabajaban 16 horas diarias a 17 céntimos de euro la pieza. El taller funcionaba las 24 horas del día y los empleados vivían en el mismo taller en condiciones infrahumanas. El propietario del negocio producía para Zara y Berska y en el taller se encontraron numerosas etiquetas de Inditex. Inditex reconoció que eran un taller subcontratado por ellos y decidió retirarse de todos lo talleres que tenia en toda esta zona, y trasladar esa producción Rumania a y Bulgaria el 15 de julio la policía cerro otro taller similar en la zona
La respuesta de la compañía a la difusión de estas irregularidades ha estado dirigida a intentar limpiar su imagen cuanto antes. De hecho, en 2001 se adhirió al "Pacto Mundial de Naciones Unidas" que no es más que un intento de lavar la cara de las compañías transnacionales, vinculando su imagen a la de la ONU.
El pasado mes de febrero, otra investigación de Intermón Oxfam, sobre la "esclavitud laboral" que viven los trabajadores del sector textil en 12 países del Tercer Mundo afirmaba que el modelo de negocio del grupo gallego, así como de Cortefiel, Mango e Induyco-Corte Ingles (cuyo presidente es Isidoro Alvarez), basado en conseguir una producción <"más barata, más rápida y más flexible, genera una presión en el último eslabón de la cadena que conduce a la precariedad". Las grandes marcas concentran un gran poder y exprimen a los trabajadores que se encuentran al final de la cadena, y que en su mayoría son mujeres y niñas. El informe descarta que la responsabilidad de esta situación sea sólo de las grandes corporaciones y recuerda que muchos Gobiernos, alentados por el FMI y el Banco Mundial, atraen a los inversores ofreciendo bajos costes y mano de obra flexible.
La nueva denuncia de Intermón-Oxfam revela que pocas cosas han cambiado las empresas en sus relaciones con los países más empobrecidos respecto a las condiciones laborales de mujeres y niños, después de su lavado de cara. Estos, por ser menores de edad, y aquéllas, por tener que trabajar hasta 18 horas seguidas sin cobrar las horas extras y sin opción a negarse. En alusión a los riesgos de impedir la contratación de los niños en las fábricas, José María Castellano, consejero delegado de Inditex desde 1984, levantó una fuerte polémica con estas declaraciones: "En algunos países, si quitas á los chicos de trabajar es peor, es un problema para las familias y acaban en la prostitución". Ante esta canallada, nosotros afirmamos que ningún niño debería verse obligado a trabajar para poder sobrevivir. ¿Cómo pueden aceptar un código social para unos países, y no para otros?. ¿Es que hay ciudadanos de primera, con todos los derechos, y ciudadanos de tercera, cuyos derechos se limitan a ser explotados en las fábricas para no verse obligados a venderse en la prostitución?.
Pascual Maragall, en su viaje de "Estado" a Marruecos, ha invitado a la industria textil catalana a invertir en aquel país. "Llevan años haciéndolo, señala Martín Prieto en su artículo titulado "pasarela de alta delincuencia," invirtiendo en mano de obra barata y sin costes laborales. Los talleres clandestinos de chinos, que cada tanto desmonta la Policía en Madrid, Galicia o Cataluña son la cara amable de está pasarela, ya que al menos los modernos galeotes de la máquina de coser son explotados por connacionales. Todo este turbio negocio en el que el capitalismo más "chic" se reedita a sí mismo en el Manchester del siglo XIX, debería ser tenida como trata de blancas(o de asiáticas o magrebíes, que hasta para eso hay clases), y de violación agravada de los derechos de la infancia, cunso son los niños los que malcosen la manga de una chaqueta a cambio de un comistrajo.. No hay mayor iniquidad que la de estos santones de la ropa de marca (que consumimos como pa-letos) y que venden humo, glamour y supuesta distinción a cuenta del hambre de los más pobres, sobre la que se enriquecen. Hasta Benetton se permite el descaro de hacer campañas publicitarias solidarias cuando no puede decir dónde hace sus camisas, con cuya venta milagrosa se ha comprado dos millones de hectáreas en la Patagonia donde crían millones de ovejas y acaba de denunciar a los indios mapuches por la invasión de sus tierras. La globalización no es esto. La semiesclavitud de mujeres y niños es la regresión al capitalismo bestial sobre el que reflexionó Marx: es el capicanibalismo-.
EL IMPERIO DE AMANCIO ORTEGA
Es dueño de Zara, Massimo Dutti, Stradivarius, Pull&Bear, Bershka, Kiddy´s, Oysho, Zara Home (decoración y hogar). Con 2.000 tiendas repartidas por 50 países, en el imperio de Amancio Ortega Gaona no se pone el sol. La cifra de negocio del grupo Inditex se elevó en el primer trimestre del ejercicio 2004 (entre el 1 de febrero y el 30 de abril) a 1.203,2 millones de euros
La elección de Hong Kong para instalar la tienda número 2.000 pone de manifiesto el interés del grupo español en potenciar su presencia en la zona. Inditex ya está presente en cuatro continentes: en Europa, tiene abiertas 1.718 tiendas; en América, 174; en Asia-Pacífico, 18, y en el resto del mundo, 90. Los planes estratégicos de la compañía pasan por reforzar su presencia en Europa hasta 2008 y, posteriormente, ampliar su negocio en el sureste asiático. Sólo queda Oceanía, pero todo se andará. Inditex obtuvo en 2003 unos ingresos totales de 4.599 millones de euros, con un incremento del 16% ( El PAIS 21-5-2004)
Amancio Ortega y su ex mujer suman una fortuna de más de 12.000 millones de dólares, muy por encima de otros ricos oficiales del reino, como los banqueros March y Botín o las hermanas Koplowitz. En el ranking de la revista Fortune. A. Ortega es el primer español, el quinto más rico de Europa y la fortuna número 18 del mundo. Es una de las 25 personalidades económicas europeas más influyentes de los últimos 25 años, según el diario económico británico Financial Times.
A través de la sociedad Pontegadea Inmobiliaria, la sociedad de Ortega que gestiona sus activos. Posee un 5% del capital de Agbar (Aguas de Barcelona). La sociedad Alazán (una sociedad de inversión gestionada por Santander Central Hispano), propiedad de Ortega y otros familiares, se ha convertido en el mayor accionista de la empresa hotelera NH, y ha entrado en las eléctricas Fenosa e Iberdrola y los bancos Santander y BBVA. A pesar de las excelentes relaciones con Emilio Botín con quien suele comer en el Gallo de Oro, aseguran Xabier R. Blanco y Jesús Salgado en su libro "Amacio Ortega de Cero a Zara",Inditex, financieramente , siempre ha estado más próximo al BBVA, entidad que mantiene el mayor volumen de sus actividades financieras. Amancio ha comprado el Hotel Coral Beach de Marbella. Esta operación supone incrementar la cartera de hoteles de Amancio Ortega a cinco establecimientos, ya que posee otros cuatro de la cadena NH. También ha comprado la sede de Terra en Madrid.
"Amancio Ortega, el hombre que democratizó la moda" es el titular que le dedica La Voz de Galicia el 23 de junio de 2004. Mas sorprendente es El País Semanal del Señor Polanco, del 30 de marzo de 2003 (número 1.383) aparecía un reportaje sobre la vida discreta y austera de Amancio Ortega, propietario de Inditex, segundo grupo mundial de venta de ropa. Parecía, más bien, un publireportaje, nos venden la imagen de un empresario paternalista, discreto, sencillo, austero, y de Inditex como una empresa modélica. Veamos algunos pasajes de El País Semanal, donde la redactora nos señala que “con él coincidimos en el comedor de empleados (...) El hombre sin voz y sin rostro era tan inaccesible para los medios de comunicación como cercano para cualquiera de sus empleados”, intentado poner de relieve la cercanía del presidente de la compañía que come con el resto de los asalariados como si de una gran familia se tratara. Después nos habla del discreto modo de vida y sencillos gustos del empresario de moda: “Vive en un discreto bloque de pisos en el centro de La Coruña (...) Era asiduo del Gallo de Oro, donde gusta de comer huevos fritos con patatas (...) Prefiere conducir él mismo su Audi A-8 (...) El mayor signo de ostentación conocido era que condujo en tiempos un Porsche”. Si ese es el único signo de ostentación, ¿cómo caracterizan las siguientes propiedades? Amancio Ortega vive en un complejo residencial del barrio de Zalaeta frente a la playa del Orzan, A Coruña, zona conocida popularmente como Zaraeta por el gran numero de ejecutivos de la compañía que viven en ella. Además de otras viviendas en Sanxenxo o Marbella es propietario del linajudo Pazo de Anceis, que data del siglo XVII, con una superficie de 4.200 metros cuadrados y con una huerta que alimenta a la familia durante todo el año, y de cuyos frutos y animales lógicamente se encarga personal asalariado. Un camión Mercedes para trasladar a su hija a las competiciones a Francia, así como a la reciente inauguración del Centro Hípico Casas Novas, con una fabulosa finca de caballos. Posee una colección de pintura (Sorollas),.Un avión privado, aunque según el artículo de El País Semanal su Falcon 900 (modelo que sólo poseían seis o siete privilegiados en toda Europa) fue jubilado hace dos años, ahora Inditex dispone de un Global Express, fabricado por la canadiense Bombardier, un avión más moderno y que permite viajes transoceánicos. El yate Valoria, valorado en seis millones de euros, aunque claro, señala el artículo “ese yate en Palma o en Marbella no llamaría la atención de nadie”. Si esto es un modo de vida discreto y sencillo, cómo calificaría El País Semanal la vida de los millones de trabajadores de este país y de sus familias: ¿paupérrima? Cuando en un río hay una crecida de caudal rápida –una riada- siempre las aguas bajan turbias. Nunca crecen –rápidamente- los ríos con agua limpia. Pues lo mismo ocurre con las fortunas. Un hombre que gana más 100 millones de pesetas al día, ¿no es un ladrón? Un santo varón dijo aquello de " el rico es ladrón o heredero de ladrón".
INCIDENTE EN CASTILLA LEÓN CON LA MULTINACIONAL ZARA.
El señor Amancio Ortega tiene muchas razones para estar contento. De forma silenciosa se ha hecho el hombre más rico de España; sus negocios marchan viento en popa; sus empleados, a cambio de unas poquitas acciones, le defienden a muerte; las ONGs se creen todo lo que les dice; decide la programación de la televisión pública; y hasta la policía cree que está feo denunciar la explotación que hacen las empresas textiles del Norte en los países del Sur. ¿No se lo creen? . Lean esta historia.
A principios de octubre estamos difundiendo Autogestión en las calles de Valladolid y al personal de Zara le escandaliza que pongamos una exposición de denuncia de la esclavitud infantil. El crimen consiste en que aparecen los anagramas de las marcas de la matriz de Zara, Inditex. Exigen su retirada y los militantes nos negamos- Llaman a la policía nacional y se presenta una furgoneta de policías que se dedican a escuchar a las encargadas de la multinacional: todo el argumento de defensa de la empresa consiste en que un reciente programa de televisión emitido por Canal Plus, de Jesús de Polanco, les daba la razón: Se callan hipócritamente que el 26 de mayo pasado se censuró a última hora y se impidió la emisión del programa de "Línea 900" titulado "Trapos sucios" donde se implicaba con nombres de marcas concretas a empresas españolas con talleres de explotación en el Sur. Pero como ya hay un programa que les da la razón y ninguna institución ha denunciado la censura que sufren quienes quieren denunciarlos, pues se lían la manta a la cabeza y se creen con derecho a criminalizar a quien ose destapar sus trapitos sucios.
La policía cuando constata que nuestra presencia pública no incumple ninguna ley ni ordenanza o decreto, nos pide muy amablemente que retiremos el cartel sobre el grupo Inditex; que no merece la pena fastidiar la convivencia.
No lo quitamos e invitamos a Zara a presentar una denuncia formal y que un juez se atreva a valorar los contenidos de una denuncia moral y solidaria con los esclavos de la tierra. Así están las cosas. La calle es cada vez más para los centros comerciales y menos para el pueblo. Ellos pueden inundar la calle de sus carteles y el pueblo está bajo sospecha judicial cuando se le ocurre alzar la voz por la justicia.
Efectivamente, el señor Ortega seguirá estando contento … hasta que los consumidores y ciudadanos empecemos a ser conscientes de que podemos pincharle el globo cuando nuestro consumo sea ético.
¿QUÉ PASA SI DENUNCIAS A ZARA EN LA PRENSA?
Un amigo de esta revista Autogestión envió una carta al director (puedes leerla en solidaridad.net) en la que mencionaba varias marcas que son denunciadas por emplear mano de obra esclava en el Tercer Mundo. Narra así su experiencia.
Que me conste apareció publicada en El Diario de León y en una página de Internet. Lo sé por las dos respuestas que me han llegado y quería comentaros... La publicada en León fue leída por ejecutivos de la compañía INDITEX – propietaria de la marca ZARA- salió el día dos por la tarde y el cuatro una secretaria de la empresa me llamó al móvil para que su jefe hablara conmigo. Me dijo que le ordenaron localizarme y que había estado buscándome a través de las guías de Telefónica hasta dar conmigo. La primera sensación que tuve fue de que me vigilaba el Gran Hermano, como en la película 1984 de Orwel.
Después tuve una larga conversación con un directivo del Departamento de Responsabilidad Corporativa de INDITEX. Sus argumentos eran que no valían mis afirmaciones porque no se basaban en el informe interno que ha hecho la compañía. Yo tenía noticia de dicho informe por solidaridad.net y sabía que al suspender numerosos contratos ZARA estaba reconociendo las prácticas esclavistas en las subcontratas que hacen la ropa que ellos diseñan y venden. No había manera de ponernos de acuerdo, me hablaban en el plano legal diciendo que en Marruecos “es legal” el trabajo de niños de 14 años, y yo quería dialogar en el plano moral: aunque las leyes digan que está bien, es un abuso la práctica de la deslocalización para evitar los derechos de los trabajadores y pagar menos por el mismo trabajo; y más inmoral la subcontrata, por la que el titular de una marca fija un precio por su producto a la baja sin mirar las consecuencias para los trabajadores.
Aunque la mayor parte del tiempo tuve que soportar que mi interlocutor llevara todo la conversación al plano personal, echándome en cara mi condición de sacerdote católico, o queriéndome culpabilizar por insultar a las personas que trabajan en INDITEX. Tampoco en esto podíamos entendernos, le insistí varias veces en que no era nada contra él, que entiendo que cuando me busca y me echa una bronca por teléfono está cumpliendo con su trabajo, y no es algo personal entre nosotros dos como me quería hacer creer. El problema es institucional, y lo que denuncio y seguiré denunciando son las prácticas empresariales que causan esclavitud y miseria en el mundo.
Bueno, no se trata de repetir 25 minutos de charla telefónica, sino de que veamos como la denuncia no-violenta en la calle y en los medios de comunicación es efectiva. Las grandes compañías tienen una estrategia contra ella, señal que la temen. Ojalá esta estrategia fuera prestar oídos a la denuncia y respetar los derechos de los trabajadores en todo el planeta y contratar adultos con un salario justo, para que sus hijos puedan ir a la escuela y no a la maquila. Pues tampoco me vale el argumento de INDITEX de que esclavizados por ellos por lo menos no se prostituyen.
Autor: Solidaridad.net- Fecha: 2004-06-27
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