- 21 Mayo 2010, 17:53
El puente más moderno que une las dos orillas del río Volga en la ciudad rusa de Volgogrado, que se llamó Stalingrado hasta 1961, fue objeto el jueves de un extraño fenómeno, cuya naturaleza aún se desconoce. La poderosa infraestructura, que terminó de construirse en octubre del año pasado, comenzó a agitarse como una serpentina hacia las seis y media de la tarde (dos horas menos en España). Los pocos vehículos que en aquel momento circulaban por el puente fueron catapultados hacia arriba, hasta una altura de casi un metro, pero no hubo que lamentar víctimas ni perjuicios materiales de importancia.
Tampoco se han observado daños en el propio puente, que fue inmediatamente cortado al tráfico y así continuará hasta que se efectué una escrupulosa comprobación de su estado. En un primer momento se dijo que lo sucedido pudo deberse a una racha de viento fuerte o a un temblor de tierra. Sin embargo, ni los servicios meteorológicos ni el sismológico confirmaron tales suposiciones. Las autoridades locales han señalado sin dar detalles que el zarandeo pudo ser provocado por “una conjunción de factores”.
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