Jonathan Martínez
“es como la culminación de una carrera, y la gente se preguntará cuál ha sido el precio”.
Xabier Arzallus, a propósito del nombramiento de Imaz como presidente de Petronor.
¿Qué ha hecho un político en los años que ha ocupado un cargo en la Administración para que una multinacional pague un precio por sus servicios? Lamentablemente, los políticos y empresarios se intercambian el oficio con demasiada frecuencia como para que este caso parezca extraño.
Los ejemplos de políticos que van al mundo empresarial son abundantes y a menudo rayan la ilegalidad. Mayor Oreja dirigió la empresa de servicios y de seguridad Eulen después de dejar el Ministerio de Interior. David Taguas pasó de Secretario de Estado con el PSOE a dirigir el lobby de las grandes empresas constructoras que iba a negociar con el Gobierno del que acababa de salir. Inaxio Oliveri pasó de ser Consejero de Educación del Gobierno Vasco con EA a Rector de la privada Universidad de Mondragón. Manuel Pizarro abandonó la jefatura de Endesa para defender en el parlamento el lobby nuclear. José Alberto Pradera dejó de ser Diputado General de Bizkaia donde mandaba construir carreteras para presidir Autopista Vasco-Aragonesa. José Antonio Ardanza pasó a dirigir Euskaltel cuando dejó la Lehendakaritza y Atutxa dio el salto a consejero de Iberdrola.
Un político es elegido en elecciones para servir a la sociedad. Pero si el político proviene del mundo empresarial o pasa a ser empresario nada más terminar su carrera política cabe preguntarse a quién ha estado sirviendo esa persona, al pueblo o a una sociedad anónima. ¿A quién hace más caso el ministro de Industria a la hora de fijar el precio de la luz? ¿A las compañías eléctricas o al consumidor? El ministro de Industria Miguel Sebastian, proviene del servicio de estudios del BBVA. ¿Prefiere que las pensiones públicas mengüen para que aumenten las pensiones privadas del BBVA o prefiere que todos los pensionistas tengan una pensión digna y pública? El Secretario de Estado de Economía ha colaborado con Goldman Sachs, JP Morgan, Citibank y Banesto ¿no preferirá que aumenten las pensiones privadas? A la ministra de Economía Elena Salgado, ¿le preocupa la salud financiera de la Banca Privada Fortis?
Hay quien justifica la presencia de los empresarios en la política alegando que son los emprendedores quienes arriesgan su patrimonio y saben cuándo hay que tomar las decisiones sin demorarse. Se obvia, no obstante, que no andan sobrados de filantropía los empresarios, que precisamente es su patrimonio lo que más les interesa, y que el éxito empresarial se basa, en no pocas ocasiones, en pisar a los demás y en ser el tiburón mas voraz. Por eso mismo , a nadie extrañe que el empresario de éxito que da el paso a la política haya cobrado el máximo a sus clientes, pagado el mínimo a sus trabajadores y trabajadoras y en algunos casos incluso no ha tenido reparos en contaminar el medio ambiente, promover el empleo precario, obviar los riesgos laborales y tributar en paraísos fiscales.
Algo que nunca hará un político que venga del mundo empresarial es tirarse piedras contra su propio tejado. Si en el PSOE había ministros y secretarios de Estado que tenían SICAVs (instrumentos financieros que sirven para pagar menos impuestos) cuando se legisló al respecto es imposible que legislen de una forma justa y eficaz. Al contrario, celebrarán cuando se les hurte a los inspectores de Hacienda la capacidad de investigar las SICAVs. Tampoco se puede esperar de los ex-empresarios que copan los gobiernos del PSOE, PP y PNV que aumenten el Impuesto sobre Sociedades a los beneficios de los empresarios para que la sociedad pueda participar de las plusvalías sustraídas a los trabajadores y trabajadoras.
Lo que sí se puede esperar que propongan los empresarios que entran en ministerios o los empresarios que nutren los comités asesores del Gobierno Vasco son las recetas que siempre recita la patronal: llámese mayor flexibilidad laboral, llámese bajar los impuestos a las grandes fortunas o reducción del gasto público de las Administraciones. ¿A quién representan estos políticos-empresarios? ¿A los trabajadores y trabajadoras que van a ser despedidos/as con una indemnización menor o a los empresarios que se quejan de que les sale caro mandar al paro a sus empleados/as?
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