A continuación toda la información por cortesía de libertaddigital.com
El Watergate climático continúa sacando a la luz los trapos sucios de la cúpula vinculada al IPCC. En uno de los correos desvelados, los científicos del CRU admiten que "no podemos explicar la falta de calentamiento en estos momentos [...] Nuestro sistema de observación es inadecuado".
Uno de los más graves escándalos científicos del úlitmo siglo, el Watergate climático (Climategate) radica en la ocultación y manipulación de registros en la medición de temperaturas con el único fin de amoldar las mediciones a la hipótesis del calentamiento global de origen antropogénico (causado por el hombre).
Los correos electrónicos internos de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus siglas en inglés), perteneciente a la británica Universidad de East Anglia, desvela hasta qué punto la cúpula calentológica vinculada al IPCC ha ignorado la metodología científica con tal de que la realidad se ajuste a la hipótesis deseada del cambio climático.
La arbitrariedad y la necesidad de alcanzar unos resultados acordes con la “hipótesis” son los únicos factores tenidos en cuenta a la hora de seleccionar los datos a publicar, según la información que, poco a poco, va saliendo a la luz.
Así, Tom Wigley, reconocía el pasado 6 de noviembre en un correo electrónico interno que "el calentamiento de la masa terrestre del planeta desde 1980 ha sido el doble que el calentamiento de los océanos". Un dato que se debe ocultar al público, ya que confirmaría los argumentos de los escépticos. Esto es, que las sondas de medida ubicadas cerca de los núcleos urbanos reflejan una temepratura media artificialmente alta.
En este sentido, Kevin Trenberth va más allá y admite en un email del pasado octubre que "no podemos explicar la falta de calentamiento en estos momentos y no podemos permitirnos travestirlo". Los modelos climáticos empleados indican que debería "haber aún más calentamiento, pero los datos están, sin duda, equivocados. Nuestro sistema de observación es inadecuado".
Otro miembro del CRU señala que "acabo de completar el truco de Mick (el del palo de hockey, denostado por el IPCC posteriormente) en Nature añadiendo en las temperaturas reales de cada serie para los últimos 20 años (es decir, a partir de 1981) las de 1961para que Keith pueda ocultar la bajada de temperaturas".
El intercambio de correos entre los científicos del CRU, que recoge detalladamente el blog desdelexilio, constata la manipulación de temperaturas. Wigley, el pasado septiembre: "Si se pudiera reducir la temperatura media del océano en, por ejemplo, 0,15 ºC, sería importante para la media mundial". "He elegido deliberadamente 0,15 grados".
Sin embargo, los calentólogos no sólo han manipulado registros de medición actuales sino también pasados. Tom Crowley señalaba a un compañero en 2005 lo siguiente: "He estado intentando ilustrar de la mejor forma posible la naturaleza estable del período cálido medieval".
Es decir, han alterado registros históricos para ocultar el aumento de temperaturas que sufrió la Tierra siglos atrás y, así, defender que el calentamiento reciente es el más intenso de los últimos 1.000 años. De hecho, Michael Mann (vinculado al IPCC) habla directamente de "contener" la temperatura del Período Cálido medieval.
No obstante, Briffa señala en un email de 1999: "Sé que hay presión para presentar una agradable historia respecto al, aparentemente, calentamiento sin precedentes de los últimos mil años o más [...], pero en realidad no es tan simple. Hasta el momento, no disponemos de una gran cantidad de proxies (medidas indirectas de temperatura) que sirvan y los que lo hacen (por lo menos un número significativo de proxies de los anillos de los árboles) presentan cambios inesperados en su respuesta que no coinciden con el calentamiento reciente".
Hay más. Phil Jones, el director del hasta ahora prestigioso CRU, en un correo del año 2000: "Cuando todos nosotros (Mike, Tom y CRU) mostremos que los primeros siglos del milenio eran más fríos que el siglo XX, nos encontraremos con algunas críticas de los escépticos diciendo que estamos equivocados, porque todo el mundo sabe que el período medieval fue más cálido".
"Podemos demostrar por qué creemos que estamos en lo correcto con datos independientes de los avances de los glaciares e incluso con proxies de respuesta lenta [...] Vamos a reescribir la sabiduría percibida por las personas sobre el curso de los cambios de temperatura durante el último milenio".
Por último, una auténtica perla de Gary Funkhouser sobre las aportaciones de uno de sus colegas en 1996: "No creo que sea productivo tratar de falsear las estadísticas cronológicas [de temperatura] más de lo que yo ya he hecho".
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