Bengt Holmstrom, director de la cátedra Paul Samuelson de Economía del MIT
Tengo 60 años: lo soluciono con no mirarme en el espejo. Nací en Helsinki: Finlandia y Catalunya dependen más de su creatividad que de su tamaño. Soy consejero de Nokia. Una buena crisis fomenta la innovación. Inauguro curso en la Universitat Politècnica de Catalunya
Tengo 60 años: lo soluciono con no mirarme en el espejo. Nací en Helsinki: Finlandia y Catalunya dependen más de su creatividad que de su tamaño. Soy consejero de Nokia. Una buena crisis fomenta la innovación. Inauguro curso en la Universitat Politècnica de Catalunya
Se culpa del colapso financiero a la avaricia de Wall Street y los banqueros; la securitization de las subprime;la falta de transparencia de los mercados; la dependencia de las agencias de calificación crediticia ode inútiles modelos de predicción y análisis económico...
¿Y no son culpables?
Es demasiado fácil responsabilizar a "los delincuentes de guante blanco de Wall Street que se pagan sueldos millonarios por haber hundido los bancos con su avaricia y que ahora reflotamos con el dinero de todos"...
Esa es la lectura más popular.
Más populista, sí, pero insuficiente para zanjar el asunto; porque si la buena noticia es que parece que superamos el colapso, la mala es que puede repetirse de nuevo.
¡No me asuste!
No basta con culpar a un piloto de la caída de un avión: hay que estudiar y analizar dónde falló el aparato y todo el sistema aéreo.
Le escuchamos.
El origen de esta crisis de liquidez está en un exceso de liquidez: los gigantescos volúmenes de capital acumulado con el despegue asiático y el crecimiento mundial. Todo ese capital viajó durante años al lugar que parecía más seguro: Estados Unidos.
Eso parecía.
Allí esos trillones de dólares tuvieron que encontrar parking seguro y la respuesta de Wall Street al problema fue elemental: inventarse más parkings seguros para toda esa inmensa cantidad de dinero fresco...
Y lo hicieron encantados.
Así coincidieron con un viejo sueño político: las hipotecas baratas. Es el primer aviso contra el análisis fácil que ahora pide más regulación... ¡Cuidado! Porque esta crisis es también resultado de la regulación - que obligaba a garantizar los depósitos sólo con vivienda-y las subvenciones de Bush, que propició las hipotecas subprime.Y es que cualquier regulación no es la panacea, sino un complejísimo mecanismo que ensayar...
La vivienda era una inversión sólida.
Lo fue hasta que - tras casi cuarenta años de subida-perdió el 30 por ciento de su valor.
Aquí juraban que no podía bajar.
Yalos que anunciaron el fin del capitalismo les recuerdo que el sistema bancario llevaba 70 años de estabilidad gracias a un invento que sí ha demostrado ser sólido: la garantía estatal para los depósitos. Así, el Estado garantiza cada cuenta corriente hasta una cantidad, pero... ¿y esos depósitos billonarios?
¿. ..?
Esas billonarias sumas que le decía de, por ejemplo, aseguradoras o instituciones asiáticas se refugiaron en el shadow banking (banca en la sombra), la banca de inversión como Lehman o las Fannie and Freddie.
¿Cómo garantizaban esos depósitos?
Crearon productos secundarios estructurados con hipotecas - unas de segura devolución y otras menos o mucho menos-como si usted usara la nata de un solo litro de leche para repartir entre diez litros de agua.
Y garantizara con ellos la leche: timo.
Es una paradoja: la paradoja de la liquidez que fundamenta el sistema que nos ha dado prosperidad. Lo que da liquidez al mercado no es la transparencia, sino la simetría en la información, aunque no la haya.
¡. ..!
Esos depósitos y esas garantías eran aceptados porque los bancarios tenían que tomar decisiones en minutos y nadie - nadie-podía analizar con precisión su contenido. Por eso mismo, los De Beers venden sus diamantes en lotes cerrados en bolsas que nadie puede abrir... ¡Y los venden! ¡Son líquidos!
¿. ..?
Si nadie sabe nada sobre un producto que garantiza, existe simetría de información - todos son ignorantes-y así hay liquidez.
Y el dinero sigue circulando...
El problema es cuando no te devuelven tu inversión y de repente te conviertes en propietario de esas garantías y entonces sí que abres tu paquete para ver qué hay dentro.
Y ves que lo que hay no garantiza nada.
Cuando se analizaron con calma esas garantías de los préstamos gigantescos ya nadie se fio de nadie: Lehman quebró hace ahora un año, porque unos pocos de esos depositarios gigantes exigieron que les devolvieran su dinero, no pudo hacerlo y el mercado se congeló por primera vez en 70 años.
¿Y puede volver a pasar?
En cualquier momento, porque el problema sigue siendo el mismo: ¿cómo garantizar con solidez esos depósitos gigantescos que cruzan el mundo a la velocidad del byte?
¿Puede decirme algo tranquilizador?
Recordarle que la crisis bancaria escandinava de los 90 sucedió sin subprime ni securitization...Pero también que esa banca salió reforzada de ella y que la banca en general ha sido sólida desde la gran depresión, gracias a la garantía estatal de los depósitos, que ha vuelto a funcionar en esta crisis....
Yo iba a meter la pasta en el colchón...
El sistema se colapsa sólo si una circunstancia externa - en esta ocasión, la caída del precio de la vivienda por primera vez en 40 años-pone en duda sus fundamentos y destruye esa confianza que permite la simetría de información incluso en su ausencia.
¿Y algo más tranquilizador?
Jeff Bezos afirma que "nunca hemos inventado nada de valor cuando teníamos suficiente dinero y tiempo para intentarlo".
La escasez aguza el ingenio.
Y la opulencia lo narcotiza: la crisis incentiva la creatividad. Aprovechémosla.
Fuente: La Vanguardia
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