domingo, 26 de junio de 2011

La 'burbuja' del deporte profesional

Paro, recesión, déficit, inflación. Crisis. Reforma laboral, ajustes, deuda soberana. Crisis. ERES, tipos de interés, impagos. Crisis. Fútbol, baloncesto, balonmano, ciclismo. ¿Crisis? El deporte no es ajeno a las dificultades económicas que golpean al mundo en general y a España en particular. De hecho, creó su propia 'burbuja', que ahora está a punto de explotar. Los préstamos, la marcha de patrocinadores, las reducciones de plantilla y los concursos de acreedores casi han dejado de ser noticia.
Los contratos multimillonarios de las estrellas, las masivas audiencias televisivas, los fuertes ingresos por la venta de todo tipo de 'merchandising'. Y, sin embargo, no es oro todo lo que reluce en el deporte de élite. Detrás del gol de Iniesta en la final de Sudáfrica o del triplete del Inter existen muchos clubes con grandes dificultades para abonar las nóminas a sus jugadores. La 'ÑBA' de EE UU, con sus medallas de oro y subcampeonatos, es la exitosa cara de una misma moneda donde la cruz son varios equipos de la ACB española acogidos a la Ley Concursal. La situación no es mejor en el balonmano. La presea de bronce conquistada por España en el último Mundial esconde un torneo doméstico en el que los equipos agonizan y los ajustes presupuestarios ponen en peligro la primacía de la liga ASOBAL. Y en la Fórmula 1, el glamour de Ferrari y los rostros famosos ocultan un sistema a punto de desfallecer... Es sólo la punta del iceberg.
La crisis acapara más titulares en el fútbol, que no ha escapado a los recortes presupuestarios, los impagos de nóminas, concursos de acreedores, huídas de patrocinadores e incluso la venta de equipos. Más bien al contrario. Las estratosféricas deudas de los clubes de Primera y Segunda División en España alcanzan los 5.000 millones de euros, según un estudio del profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Barcelona, José María Gay de Liébana. Esta cifra se ha disparado en la última década. En 1992, ese déficit ascendía a 172 millones. Uno de los principales acreedores es Hacienda, a la que deben 694 millones.
Para Gay de Liébana, salvo Madrid y Barça, el resto de clubes son «pastos de posibles insolvencias». Pero ni siquiera los dos grandes se salvan de los 'números rojos'. Su endeudamiento es el mayor. Los blancos superaban en la campaña pasada los 800 millones de euros y los azulgranas otros 500 millones. A pesar de las abultadas cifras, también sus ingresos son los más generosos de Europa, lo que les permite navegar sobre aguas tan turbulentas. Pero el resto teme a la tormenta.
El Rayo y la Segunda
La situación en Segunda es muy delicada. El Rayo Vallecano es uno de los últimos clubes en sumarse a la larga lista de impagos. En total, una veintena de equipos están acogidos a la Ley Concursal entre las dos principales categorías españolas. Una situación que han denunciado de forma reiterada desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). «De las grandes ligas europeas, somos la que más equipos en concurso de acreedores tenemos», se queja su presidente, Luis Rubiales.

Para Gay de Liébana, la solución pasa por volver al modelo de clubes y abandonar las sociedades anónimas: «con el modelo actual, los socios no tienen fuerza. Además, hay que implantar un sistema basado en la autosuficiencia económica». La UEFA ya ha empezado a trabajar en ese sentido, con la creación del denominado 'fair play financiero'. La idea es que los clubes no gasten más de lo que ingresan anualmente. Una fórmula lógica, pero nada habitual. El castigo será la pérdida de la licencia para competir en los torneos continentales. Pero aunque esta medida se implantará progresivamente hasta 2012, ya hay una primera víctima: el Mallorca que, inmerso en un concurso de acreedores, no pudo participar esta campaña en la Liga Europa. La duda es si la UEFA se atreverá a excluir, llegado el caso, a los equipos más potentes.
Los problemas no son exclusivos de los equipos españoles. De hecho, la todopoderosa Premier League inglesa acumula el 56% de las deudas del fútbol europeo. Equipos como el Manchester United deben 237 millones de euros. El Liverpool, con un 'agujero' de 256 millones, ha cambiado de dueño. Los 'Reds' son ahora propiedad de una empresa estadounidense que no ha dudado en vender a Fernando Torres al Chelsea para sanear algo las cuentas. A su vez, el Portsmouth fue sancionado con la pérdida de nueve puntos la pasada campaña por impagos. Este año, en Italia, el Bolonia también ha perdido tres puntos por una deuda con el fisco.
Casi en bancarrota
Otro deporte con balón de por medio atraviesa su momento más delicado. En el balonmano, los éxitos nacionales, con la medalla de bronce en el reciente Mundial de Suecia, tapan las penurias de unos clubes españoles endeudados hasta las cejas. Es una paradoja que la Liga ASOBAL, una de las más potentes de continente, esté al borde de la ruina. El Ciudad Real, ganador de tres Copas de Europa y cinco ligas en la última década, ha rebajado su presupuesto un 50% para esta temporada. Eso ha supuesto reducir el número de jugadores en la plantilla y negociar las renovaciones a la baja.
El Cuatro Rayas Valladolid, tercero la pasada campaña, también recortará su presupuesto un 25% (de 2,4 millones a 1,8) para el próximo curso. Calculan que las pérdidas alcanzarán unos 350.000 euros. Y el Ademar León, uno de los dominadores del campeonato, tiene pensado disminuir sus gastos hasta un 40%.
Una de las principales razones de esta falta de liquidez se debe a la pérdida de patrocinadores, uno de los pilares para la viabilidad de un club. El ejemplo más claro es el San Antonio. El equipo navarro llegó a ser campeón de Europa en 2001, pero perdió a Portland como 'sponsor' y los ingresos descendieron. Desde entonces hacen equilibrios para pagar a los jugadores y han tenido que renunciar a las principales estrellas. «Antes venían 3.000 personas, ahora apenas llegamos a las 1.000», reconocen desde el club. Pero los casos más dramáticos suceden en los equipos modestos. El Granollers, un histórico, debe un millón de euros y sus jugadores llevan tres meses sin cobrar. Busca desesperadamente un crédito o nuevo patrocinador.
A nivel europeo, los problemas son parecidos. En Francia y Alemania los recortes presupuestarios son un hecho. Por ejemplo, el Flensburg-Handewitt germano redujo los salarios de los jugadores y las primas en un 15%. Y el Celje de Eslovenia, campeón de la Copa de Europa hace siete años, ha tenido que deshacerse de sus principales estrellas para afrontar la crisis.
Nadie se libra de las carencias económicas. El baloncesto, segundo deporte en España, también ve cómo varios equipos se tambalean. El Estudiantes, referencia en este deporte por su estructura deportiva colegial, está inmerso en la Ley Concursal desde la pasada temporada. Una medida a la que también se acogieron esta campaña el DKV Joventut y el Blancos Rueda Valladolid.

Los aficionados de la ACB tienen que jugar al quién es quién a comienzo de cada temporada para reconocer a los equipos, debido a los constantes cambios de patrocinio. Los problemas económicos han provocado que firmas históricas, como TAU o Pamesa, hayan abandonado sus laureadas aventuras en el mundo de la canasta.
La situación en Europa no es mejor. Grandes clubes del viejo continente tratan de reducir al mínimo sus gastos. El CSKA, un histórico del baloncesto, bajó su presupuesto un 30% la pasada campaña. Otro conjunto ruso, el Dynamo de Moscú, lleva tres años sin fichar y compite sólo con jugadores nacionales.
La firma italiana Benetton dejará de patrocinar al equipo de Treviso desde julio de 2012. Y el Cibona croata ha recibido ayuda del ayuntamiento de Zagreb para afrontar su deuda de 10 millones y evitar así la desaparición.

El motor también sufre
El mundo del motor es uno de los más golpeados por la crisis económica. Su estructura basada en la alta tecnología y la constante innovación lo convierten en todo menos en algo barato. En la Fórmula 1, donde cada neumático cuesta 6.000 euros, son varios los circuitos que se han replanteado su futuro. «Habrá Gran Premio en 2011. Pero en estos tiempos de recortes todos tenemos que estrecharnos el cinturón». Las palabras del presidente de la Generalitat, Artur Mas, muestran las dificultades de algunos circuitos para afrontar los gastos de organizar una carrera. El canon que paga el circuito catalán para competir en el mundial de F1 es de 13 millones de euros. EE UU o Francia ya se retiraron del 'Gran Circo'. El circuito alemán de Hockenheim tiene previsto celebrar el G.P de Alemania sólo en años alternos para ahorrar costes. Y las deudas de otro histórico recorrido, como Spa (Bélgica), alcanzan los 12 millones de euros, lo que complica su viabilidad a corto plazo.

Pero la mala situación también ha obligado a poderosas escuderías, como Honda y Toyota, a plegar velas. Una retirada de marcas japonesas que se ha repetido en las dos ruedas, donde fue Kawasaki quien se marchó en 2009 tras seis años en el Mundial de motociclismo. Y en los Rallies ya fueron Suzuki y Subaru quienes abandonaron.
También en el ciclismo varios equipos han desaparecido, como el Caisse d' Espargne de Eusebio Unzue. El mítico director del Banesto de Induráin logró el patrocinio de Movistar para liderar un nuevo proyecto. Sin embargo, la mayoría no tiene tanta suerte. Además, el azote de la crisis ha llegado a las propias competiciones. El calendario se ha visto alterado por la desaparición de pruebas, algunas de gran relevancia como la Subida a Urkiola, la Clásica de los Puertos o la Vuelta a la Comunidad Valenciana.

Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/v/20110405/deportes/futbol/burbuja-deporte-profesional-20110405.html

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