¿Cuál es el papel de la industria farmacéutica? ¿Qué aportaciones ha
hecho en los últimos 20 años? ¿Cuánto dinero se destina a financiar
fármacos de dudoso papel terapéutico? Estas son algunas de las preguntas
a las que se da respuesta en la 'Guía de los medicamentos útiles,
inútiles o peligrosos' (Cherche Midi), un libro que ha abierto el debate
en Francia sobre el uso de los medicamentos en ese país.
A través de 900 páginas, los autores ofrecen un servicio al
consumidor en materia de salud pública al tiempo que tratan de
desenmascarar los intereses de las grandes corporaciones farmacéuticas
que, a sus ojos,
se rigen en la actualidad por el afán del lucro,
dirigidas por gestores que sólo piensan en cumplir el objetivo anual de
un 20% de rentabilidad. Un repaso por 4.000 productos a la venta en
Francia determina cuáles de ellos son buenos, nocivos o simplemente
inocuos.
Si se tratara del clásico libro sensacionalista escrito por dos
reporteros, la cosa no pasaría a mayores. Pero quienes lo firman son un
célebre profesor, urólogo y diputado del partido conservador Unión por
un Movimiento Popular (Bernard Debré) y el director del prestigioso
Instituto Necker y antiguo Decano de la Facultad de Medicina de París
(Philippe Even). Entrevistado en profundidad por el semanario político
Le Nouvel Observateur,
este último describe el negocio de la farmacopea como "la más
lucrativa, la más cínica, la menos ética de todas las industrias".
Para este reputado neumólogo de 80 años, "
el 50% de los medicamentos son inútiles, el 20% no son bien tolerados por los pacientes
y hay un 5% por ciento potencialmente peligrosos". Según los autores de
este manual –que no debe ser leído como un libro, ya que se trata de
una obra de consulta–, en un país como Francia donde falta dinero para
financiar la salud pública y los seguros de salud acarrean un enorme
déficit, se gasta inútilmente entre 10.000 y 15.000 millones de euros en
productos que no curan, algunos de los cuales pueden ser perjudiciales
para la salud.
Pese a las cifras, Even explica "
afortunadamente hay millares medicamentos útiles e indispensables
[...] La industria farmacéutica ha desarrollado y comercializado casi
todos los fármacos que han cambiado nuestras vidas. Los antibióticos y
las vacunas han reducido la mortalidad infantil en los países
occidentales y todos hemos aumentado nuestra esperanza de vida una media
de 10 años", afirma en Le Nouvel Observateur. Sin embargo, reconoce,
ese panorama ha cambiado desde 1990. "
En los últimos 20 años no se ha descubierto ni un solo tratamiento a gran escala",
asegura, aunque señala que sí se han desarrollado una veintena de
moléculas muy eficaces, pero para un público pequeño, para algunos
subtipos de cáncer.
Terapias menos novedosas
Debré y Even señalan que los laboratorios, junto con la ayuda de
algunos médicos, están aumentando los tratamientos preventivos para las
personas sanas que podrían no llegar a tener nunca la enfermedad para la
que toman un fármaco. Y en la lista negra de los medicamentos
peligrosos incluyen remedios contra las enfermedades cardiovasculares,
algunos
antiinflamatorios, ... así hasta sumar 58 fármacos.
Even denuncia también que los laboratorios solo invierten el 5% de su
presupuesto en investigación, el 15% en desarrollo y el 10% en la
elaboración del producto –últimamente realizada en Brasil o India–,
mientras que el 45% va destinado al marketing y el apoyo de lobbies que
defienden sus intereses en Washington y Bruselas.
"La industria ha sustituido los viejos medicamentos cuyos derechos
han expirado –y que ahora cualquiera puede fabricar como genérico– por
versiones teóricamente mejoradas cuya patente vuelven a tener en
exclusiva y que son mucho más rentables financieramente. Pero, en la
mayoría de los casos, esos
productos nuevos no lo son tanto o, aún peor, son peores que las moléculas originales",
declara Even. "Por ejemplo, en el caso de los medicamentos
antiasmáticos y los antidiabéticos orales, nada hay superior a las
sulfamidas de 1959 y la metmorfina de 1956".
En este contexto, los autores de la 'Guía de los medicamentos útiles,
inútiles o peligrosos' citan el ejemplo del penúltimo escándalo
farmacéutico surgido en Francia. "Durante años se estuvo vendiendo con
éxito un producto como el
Mediator
creyendo que era un remedio eficaz contra la diabetes. Terminó
descubriéndose que era ineficaz. Pero se cobró muchas muertes. Casos
como este nos han decidido a hacer una llamada de alarma. Es urgente
realizar una buena limpieza en las farmacias francesas".
Fuente :
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/09/14/noticias/1347620518.html?a=670cf2cf83f2b0148031700d3fe645aa&t=1347648122&numero=