El organismo europeo encargado de regular el tráfico aéreo en Europa, Eurocontrol, acaba de empezar a informar a las compañías aéreas que vuelvan a España de la situación en nuestro país desde las seis de la tarde por la huelga encubierta de controladores aéreos, en aras de impedir que los aviones despeguen de las ciudades europeas que tienen conexión aérea con alguna ciudad española y luego no se les permita aterrizar.
Los problemas en los aeropuertos españoles se suman a los que ya tienen muchos otros en el resto de Europa como consecuencia de la ola de frío que está azotando el norte de Europa y la enorme cantidad de nieve caída, lo que hace prever que este fin de semana sea caótico en los transportes aéreos. En el caso de los trenes hay numerosos retrasos también en la línea Eurostar que une Londres con París y Bruselas.
Precedente en Bélgica
La huelga salvaje encubierta y sin preaviso de los controladores en España tiene un precedente muy reciente en el tiempo en Europa en el caso de Bélgica. El pasado 28 de septiembre los controladores de este país iniciaron una huelga salvaje y sin preaviso de 24 horas que supuso el cierre total del espacio aéreo, lo que provocó cientos de cancelaciones de vuelos.
Todas estas huelgas sin preaviso, que tienen enormes consecuencias en la población al afectar a un servicio básico como es el transporte, han sido objeto de debate también en Bruselas. En este sentido la compañía irlandesa de bajo coste Ryanair ha pedido varias veces a la Comisión Europea que elimine el derecho a huelga de los servicios esenciales del transporte aéreo, como es el caso de los controladores. La compañía argumentaba su petición en el hecho de que en los diez primeros meses del año se ha visto obligada a cancelar 2.000 vuelos y retrasar otros 12.000 alterando los planes de más de 2,5 millones de pasajeros como consecuencia directa de la huelga de controladores aéreos belgas, franceses y españoles.
Todas estas movilizaciones se producen además en un año en el que hubo el nefasto hito en el mes de abril de la nube de cenizas volcánicas que obligó a cerrar el espacio aéreo europeo durante días, lo que provoco pérdidas de cientos de millones de euros para las compañías que, además, no atraviesan por buen momento por la crisis económica y la guerra de precios.
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