jueves, 1 de julio de 2010

Nuestro poeta




Nuestro poeta no es el poeta de todos, aunque en este año lo hayan desfigurado y convertido en un reclamo turístico, aunque ahora todos lo recuerden y lo quieran hacer suyo. Nuestro poeta: manipulado, tergiversado, escondido, contado a medias por quienes están en el poder o tienen ansias protagonistas; no es el poeta de todos.

Sería innecesario, o debería serlo, recordar quién es, quién fue, Miguel Hernández, sino fuera por la tremenda manipulación que sufre el poeta, por la mentira que se cuenta a la juventud. No se esconde su figura, como se esconde la figura de otros poetas, porque Miguel nunca cayó en el olvido, su pueblo siempre lo recordó. Pero se miente, se oculta la verdad: se gritan mentiras y se silencian verdades.

Miguel es el poeta del pueblo, no es el poeta de todos. Él lo tenía claro, pese a lo que nos quieran hacer creer. A su pueblo escribió en sus poemas, y no sólo dijo quién era su pueblo sino que señaló de forma explícita quién no lo era, con motivo del asesinato de Federico García Lorca escribió: “el crimen con él cometido por los que no han sido ni serán pueblo jamás”. Y no sólo escribió a su pueblo, sino que marchó a la primera línea del frente, a combatir codo a codo con los suyos: comunistas, antifascistas, jornaleros y panaderos, trabajadores del metal y de las minas, hombres y mujeres humildes… ese era su pueblo: con él vivió y por él murió.

Miguel es el poeta de quienes enfrentaron el fascismo, de los pueblos que ansían ser libres, de los trabajadores que se enfrentan al poder y no se resignan a vivir como deben vivir y luchan por vivir como quieren vivir.

Miguel es el poeta del pueblo, del pueblo que lucha. Y es un peligroso ejemplo para la juventud. A la altura de los más grandes escritores, como J. Reed, Miguel Hernández debe ser silenciado: porque empuñaba el alma cuando escribía, porque como Picasso demuestra que es mentira aquello del arte por el arte, porque el arte es expresión de un compromiso con el pueblo o con la clase dominante… porque Miguel no era un artista: no era una figura intelectual que se codease con el pueblo para ser popular, sino que era parte del pueblo y escribía poemas. Antes que poeta Miguel Hernández era pueblo: cómo sino contar sus miserias, cómo sino militar en el Partido Comunista, cómo sino…

A Miguel Hernández lo querían muerto. Pero su voz traspasa la barrera del tiempo y es hoy tanto más vigente que ayer porque sigue existiendo la exclusión social, las desigualdades son un hecho, el capitalismo campa a sus anchas… y si ayer los fascistas comenzaban una guerra hoy sus herederos gobiernan Orihuela. Contra ellos, contra quienes están en el poder y contra quienes quieren estar en el poder por estar en el poder, para que todo siga igual, escribía Miguel Hernández, nuestro poeta.

No hay comentarios: